GLOBAL IBOGAINE CONFERENCE
- Camy Lázaro San Andrés
- 26 sept 2024
- 5 Min. de lectura

En marzo de 2016 se celebró en Tepoztlán, Morelos, la Conferencia Global sobre la Ibogaína, en la que se dieron cita ponentes de todo el mundo especializados en diversas áreas y disciplinas. Activistas en el movimiento internacional de la reforma política de las drogas, neurocientíficos, médicos,
psicólogos, psiquiatras, etnomusicólogos, entre los que destacan Dennis McKenna, Claudio Naranjo, Stanton Peele, Kenneth Alper, Jag Davies, Benjamin De Loenen, Dana Beal, Norma Lotsoft y representantes de la medicina tradicional Bwiti . Durante una semana se abrió un espacio en el que discutir sobre la Terapia con Ibogaína, la reforma de las políticas de drogas internacionales, y a cerca de la sostenibilidad de los usos tradicionales de la planta Tabernanthe Iboga.
La Revista Cáñamo estuvo presente, y pudimos ser testigos del gran éxito de la Conferencia, a la que asistieron casi 300 personas, y en la que se logró reunir entre 60 y 100 clìnicas y proveedores. Organizada por GITA (Global Ibogaine Therapy Alliance), apoyada por ICEERS y ESPOLEA y casi una treintena de socios promocionales, este tipo de evento lleva celebrándose desde el 2009 y se inició con el objetivo de facilitar el discurso entre proveedores y usuarios dentro de un marco de contención y sustentabilidad, abrir un diálogo entre la medicina contemporánea y los usos tradicionales.
La planta llamada Iboga o Tabernanthe Iboga contiene un alcaloide activo que es la Ibogaína; la mayor concentración se encuentra en la raíz. Tiene un uso cultural en Gabón, Guinea Ecuatorial y etnias selváticas, los Biwiti y Pigmeos, donde es utilizada desde tiempos inmemoriales. En las sesiones forman parte toda la comunidad, ya que los problemas mentales son entendidos como problemas de desadaptación grupal. En la lengua Mitsogho, propia de la religión Biwiti, la más predominante en Gabón, Iboga significa la Madera que Cura o Madera Sagrada (Ibo- Healing, Gha-Wood).
“Este es un ser vivo, sabe cómo curar, a quién curar, a quién llamar. Es la raíz, es la tierra, nuestra madre, ella también respira. Basi (esto es verdad, es dicho por los ancestros) “ Suster Strubelt , Psicóloga Clínica, Socióloga y Periodista.
Comercializada por primera vez a principios del siglo XX por una farmacéutica francesa a través de Lotsoft quien descubre que tras el consumo de Ibogaína desaparece el síndrome de abstinencia. Entre los años 50 y 60 Claudio Naranjo usó la Ibogaína en sesiones de psicoterapia y plasma su trabajo en el libro The Healing Journey. Ya en 1969 Francia legaliza el uso en psicoterapia. Al mismo tiempo, Estados Unidos comienza a estudiar sus aplicaciones bélicas, acabando con su prohibición absoluta. En 2004 se retoma la investigación con la desclasificación de los documentos relacionados con todos los estudios de toxicidad. Los resultados indican que la Ibogaína no tiene efectos adictivos y una alta efectividad en el tratamiento de las enfermedades.
Tenemos aquí una sustancia que lejos de ser una panacea, tiene el potencial de curar definitivamente la adicción a los medicamentos y de reducir el deseo de consumo en adicciones de cocaína y opiáceos. Su consumo activa un mecanismo biológico que incrementa el factor de recuperación neuronal, al mismo tiempo genera un estado alterado de consciencia del que emerge un potencial psicológico; la combinación de ambos efectos resulta en una alta eficacia en el tratamiento del síndrome de abstinencia, y una luz en el camino para los que busquen mejorar su calidad de vida.
“Decir que tomar algo cambiará y solucionará todo, eso es consumismo y no es cierto” - Dimitri Mugianis
Reveladores testimonios en la Conferencia Global sobre Ibogaína a cerca de la compresión contemporánea de la adicción que aborda esta conducta a partir de la complejidad de los elementos biológicos, psicológicos y sociales.
“La adicción es un problema multidimensional. No sólo es una experiencia que nos da placer sino que nos aleja del sufrimiento, del trauma, de las situaciones difíciles de la vida. El tratamiento debe llevar a la persona a toca su herida y abrazarla. Propongo un tratamiento basado en una experiencia que sea atractiva para la persona, para que quieran entrar en él” - Andrew Tatarski
“Una droga no puede curar una adicción. No puedes cambiar una adicción sin cambiar la vida de la persona” - Staton Pele
“Necesitamos abrir un espacio de diálogo en el estudio de psicodélicos y psiquiatría para observar francamente qué está pasando y cuáles son las herramientas que tenemos para combatir y prestar ayuda.” - Eduardo Shemberg
La situación actual apremia a ampliar la perspectiva, buscar nuevas formas de enfocar el discurso sobre las adicciones, ya que estas son el reflejo de lo que está sucediendo en la sociedad. El tratamiento con metadona es un claro ejemplo de esta urgencia:
Entre 1998 y 2006 el número de prescripciones de metadona incrementó en un 700% en EU. Cambiamos una droga por otra. Entre 1995 y 2005 las muertes por metadona se dispararon en un 468%, pues se trata de una sustancia altamente tóxica. Mientras el porcentaje de muerte por todas las demás drogas se incrementó en un 66%
Muertes al año por cocaína: seis mil. Costes de salud, judiciales, falta de productividad: más de un billón y medio de dólares anuales para todas las drogas ilegales, alcohol y tabaco.
Paradoja: "No existe tratamiento farmacológico eficaz a día de hoy para el tratamiento de la adicción a la cocaína y el único fármaco para tratar la adicción a los opiáceos es la metadona, opiáceo mucho más adictivo que la propia heroína, manteniendo a la persona en un estado de enfermedad crónica durante años. Se compara la adicción a la metadona con el tratamiento de los diabéticos. No existe tampoco fármaco para la adicción a la metadona.” - José Carlos Bouso
Tenemos aquí una sustancia que abre una oportunidad de tratamiento efectivo. “Logré darle propósito y significado a mi vida. La Iboga transforma tu vida, te da otra oportunidad.” Christopher Laurance
La Ibogaína no es un alucinógeno, sino que produce efectos onirogénicos. A diferencia de la Ayahuasca o el LSD que con ojos abiertos el panorama de visión sigue apareciendo, en el caso de la Ibogaína incluso con ojos abiertos desaparece cualquier efecto visual. La dosis en clínica suele se de 15-20 mg/Kg y es más efectiva la administración de dosis a intervalo. Como contenidos generalizados durante la experiencia se dan los insights respecto de conductas autodestructivas. EL 68% experimenta la necesidad de volverse abstinentes, una sensación de haberse sanado o renacido y sentimiento de tener una segunda oportunidad en la vida. La experiencia suele durar entre 24 y 72 horas. Hay que subrayar que la Ibogaína no es inocua, no está recomendada en caso de problemas cardiovasculares, y el uso combinado con la heroína puede ser mortal. Cabe destacar a este respecto el curso de entrenamiento en SVA (Soporte Vital Avanzado) que fue ofrecido durante los días de la Conferencia Global de Ibogaína por cinco doctores y enfermeros capacitados y especializados en la intervención con Ibogaína.
Comments